Pruebas del Balckberry Curve


Los seres humanos tenemos que conformarnos con las características que teníamos en nuestra fecha de fabricación. Pocos adultos se hacen mucho más altos, más rápidos ni más artísticos. En cambio, la electrónica de consumo es otra cosa. Cortando un poco de aquí, poniendo un poco allá y adoptando las mejoras tecnológicas a medida que van surgiendo, las empresas pueden refinar un producto mediocre a lo largo de versiones sucesivas, hasta que sea un éxito... siempre que sepan lo que se traen entre manos.
Está claro que Research in Motion (R.I.M.), fabricante de los teléfonos con correo-e BlackBerry, sabe lo que se trae entre manos. Así lo demuestra el nuevo BlackBerry Curve, que estará disponible dentro de unas semanas. El precio todavía no se conoce, pero es probable que ronde los 250 € con compromiso de permanencia. (RIM también ha anunciado el modelo para empresas BlackBerry 8830, que carece de cámara y, sorprendentemente, es compatible con la red americana de Verizon y con las redes GSM de otros países).
Un Blackberry, como saben todos los ejecutivos agresivos, es un teléfono móvil adictivo, equipado con un teclado diminuto. Su mayor atrativo es la entrega del correo-e de cualquier tipo de buzón en tiempo real, en cuanto llega, sin tener que ir a buscarlo. De hecho, si usted utiliza el correo de Yahoo o un buzón de correo-e corporativo, su BlackBerry incluso sincroniza sus accciones a distancia: las respuestas enviadas desde el BlackBerry aparecen en la carpeta de correo enviado de nuestro ordenador.
No obstante, últimamente RIM se ha dedicado a cortejar al resto del mundo: los montones de gente a quienes también les interesa llamar por teléfono y escuchar música. El pequeño BlackBerry Pearl, lanzado el año pasado en cromado y negro, podría ser el teléfono avanzado más bonito que se haya diseñado, y se ganó legiones de nuevos fans no empresariales.
Sin embargo, como demuestran los mechones de pelo arrancados de la cabeza de cualquier diseñador de teléfonos avanzados, no es posible tenerlo todo: un teléfono puede ser elegante o bien tener un teclado alfabético completo, pero no las dos cosas.
El Pearl sólo cuenta con 14 teclas para representar todo el alfabeto, la mayoría de ellas con dos letras. El software incorporado se encarga de adivinar la palabra que queremos.
Normalmente, este sistema funciona con éxito, pero a veces puede volvernos locos. Se pueden tardar varios minutos en teclear una palabra que no figure en su diccionario, como descubrí yo el día que intentaba mandar un mensaje a mi amiga Jennifer Bowtruczyk.
Así pues, la clave del nuevo BlackBerry Curve es muy sencilla: se trata de un BlackBerry Pearl con teclado QWERTY completo. En este nuevo modelo (también conocido como BlackBerry 8300), cada letra tiene tecla propia.
Como es natural, este nuevo teléfono es más ancho que el Pearl, pero es el BlackBerry con teclado completo más pequeño hasta la fecha: 107 x 61 x 15 mm, lo cual lo hace más corto y más delgado (pero algo más ancho) que el Palm Treo 700.
Es de agradecer que RIM haya elegido un nombre simpático como es Curve, en lugar de llamar al nuevo equipo DCR-5700C o algo igualmente impronunciable. No obstante, Curve es un nombre desconcertante para este teléfono, que no tiene más curvas que cualquier otro BlackBerry. Tampoco es que RIM nos esté lanzando un tiro en curva, entendiendo por tal "algo totalmente inesperado"; el Curve es un descendiente práctico y lógico del Pearl. Incluso lleva en el centro la misma bola traslúcida y clicable, una herramienta de navegación tan eficiente que uno olvida por completo la ausencia de pantalla táctil como la del Treo.
En realidad, varios de los componentes del Curve constituyen mejoras respecto a su predecesor. El flash de la cámara es mucho más potente, y la resolución de las fotos es ahora de dos megapíxels (aunque siguen teniendo aspecto de haber sido hechas con un teléfono). Ahora se puede pasar el corrector ortográfico antes de mandar un mensaje importante, aunque no marca los errores mientras se va tecleando, tal como sí hace Word. El volumen aumenta automáticamente cuando se habla desde un lugar ruidoso, una característica tan sumamente evidente que debería estar presente en todos los teléfonos.

No obstante, la principal novedad del Curve se encuentra en sus funciones multimedia. Se ha adoptado un software renovado, atractivo y elegante para escuchar música y visionar fotos y vídeos. También se puede instalar una tarjeta de memoria MicroSD, lo cual es de agradecer porque en los 64 megabytes de memoria incorporada caben poquísimas canciones. Eso sí, resulta incómodo tener que quitar la batería para acceder a ella.

Un nuevo programa de software para Windows permite ejercer "vigilancia" sobre una carpeta del escritorio del PC: cualquier vídeo o foto que se arrastre a ella se convierte a un formato que el BlackBerry entiende, y se copia en el mismo.
El Curve es el primer BlackBerry con enlace Bluetooth para auriculares estéreo (clic para ampliar)


Aún mejor, el Curve es uno de los primeros teléfonos móviles que permite escuchar música en estéreo a través de Bluetooth. Es decir, puede transmitir la música, sn cables, desde nuestro bolsillo a unos auriculares Bluetooth ligeros; el sonido es fantástico. Algunos de dichos auriculares también llevan micrófono para hacer llamadas; cuando alguien nos llama, la música se detiene automáticamente hasta que colgamos.

Por si lo dicho le parece demasiado futurista, también hay otra característica menos radical: este teléfono utiliza una toma de auriculares de 3,5 milímetros; es decir, el mismo terminal de audio que emplean el iPod y todos los demás reproductores musicales que existen. En el BlackBerry, eso significa que podemos escuchar la música con los auriculares que más nos plazcan.
Ésta también podría parecer una característica evidente, hasta que nos damos cuenta de que la toma de auriculares del 99,99% de los teléfonos móviles es un terminal de 2,5 milímetros, demasiado pequeña para los auriculares normales. (Con el Curve se entregan unos auriculares de botón con cable, provistos de micrófono en el mismo).
Hasta aquí las novedades del BlackBerry: más pequeño, más ligero y magistral en multimedia.
Por lo demás, es un BlackBerry tradicional en estado puro. Los fanáticos de la eficiencia acogerán con entusiasmo los ingeniosos atajos de teclado. Por ejemplo, se pueden pulsar las teclas I y O para acercar ("zoom In") y alejar ("zoom Out") la imagen al mirar fotos; la P y la N actúan como anterior (Previous) y siguiente (Next); la T y la B, como arriba (Top) y abajo (Bottom), y así sucesivamente. En las direcciones de correo-e, se puede pulsar la barra espaciadora para obtener el signo @, sin tener que buscar símbolos especiales. El BlackBerry inserta automáticamente los apóstrofes [(en inglés: "wont", "dont", "Im")] y pone en mayúscula la primera letra de las frases.
También lleva, en la parte superior, un sencillo conmutador para apagar el timbre, una característica tan lógica que parece mentira que no la tengan todos los teléfonos avanzados.
El teléfono se puede cargar con un cable USB conectado al portátil. Y el programa de correo-e es capaz de abrir archivos adjuntos Word, Excel, PowerPoint, WordPerfect, PDF, JPEG y GIF, lo cual está muy bien.
Se trata de un teléfono GSM, y eso significa que funciona en todas las redes del mundo que utilizan esta tecnología. Tiene función de manos libres; marcación por voz; asignación de números de marcación rápida a cualquier tecla; y diversos tonos de llamada polifónicos.
Por desgracia, el Curve también ha heredado algunos de los defectos del Pearl. No puede grabar vídeo. Y pese a contar con teclado completo, el Curve de AT&T no se conecta a ninguna de las redes de chat más populares, como AIM, MSN o Yahoo; sólo a Google Talk y a la red propia de BlackBerry.
Más molesto es que, si bien el navegador web de BlackBerry tiene un diseño agradable (y nos evita tener que teclear "http://www" cada vez), es lento: hay que esperar unos 10 segundos hasta que aparece el texto de cualquier página web, y 15 más para ver los gráficos. Ello se debe a que edl teléfono sólo se conecta a la antigua red Edge de AT&T, y no a la nueva, mucho más rápida, que ya está disponible en varias grandes ciudades. Tampoco tiene conexión inalámbrica WiFi.
Por último, claro, está el pequeño detalle de la red propiamente dicha: la cobertura de Cingular/AT&T no es precisamente universal. La calidad de sonido del Curve es buena, pero sólo cuando se dispone de suficiente señal.
No obstante, sólo alguien especialmente puntilloso se fijaría en esos detalles. El BlackBerry Curve es un teléfono excelente (cuatro horas de conversación, 17 días en reposo); un terminal de correo-e rápido, cómodo y ágil; y un equipo multimedia sorprendentemente versátil. Gracias al diseño super-inteligente de su software, supera en mucho a todos los incómodos teléfonos con Windows Mobile, como el Motorola Q y el Samsung BlackJack, y constituye una alternativa tentadora al Treo. (Elegir un teléfono avanzado se complicará todavía más en junio, cuando salga al mercado el iPhone de Apple, que es aún más delgado, lleva varios gigabytes de memoria, todo un sistema iPod y una enorme pantalla completa, pero ninguna tecla física).
Todo ello son buenas noticias. Porque aunque no podamos actualizar los componentes que nos pusieron al nacer, al menos podemos mejorar los que hemos ido comprando desde entonces.

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